NOTAS CANINAS
Salud

Esterilización: ¿Buena o mala?

Esterilización: ¿Buena o mala? Ya nuestro amigo ha crecido, su plan de vacunas del primer año de vida ha concluido, el control de parásitos internos y externos progresa de acuerdo con la recomendación del médico veterinario que lo atiende, su proceso de socialización en el parque o lugar de entrenamiento va por buen camino y, en general, tenemos un animal sano, saludable, sociable, que se comporta de forma adecuada dentro y fuera de la casa, lo cual nos proyectaría, al menos a mediano plazo, una mascota y unos propietarios felices. Indudablemente sería el escenario ideal que nos haría pensar en una muy buena expectativa acompañada, ojalá, de una óptima calidad de vida.


Pero no siempre es así, a veces surgen situaciones que es bueno empezar a aclarar y remediar antes de que sea tarde. Por ejemplo, preguntas frecuentes son: ¿debe ser nuestra mascota esterilizada?, ¿a qué edad?, ¿necesita la hembra ser madre?, ¿necesita el macho montar perras o ser padre?, ¿es beneficioso para ellos esterilizarlos?, ¿es riesgoso o inconveniente realizar estas cirugías?, ¿qué secuelas o efectos adversos puede haber luego de la cirugía?, ¿qué pasa si no se hace?


En este punto se debe hacer una clara diferenciación entre los perros que están en actividad reproductiva permanente en criaderos caninos con individuos que por sus condiciones o características ideales en su apariencia externa racial y virtudes en su genealogía merecen ser conservados como reproductores, y entre aquellos que no están en los grupos anteriores.


Es a estos últimos a los que me referiré: las respuestas son entonces que ni el macho ni la hembra requieren tener descendencia por motivos físicos, médicos o comportamentales, lo que significa que la decisión acerca de la maternidad o paternidad pasa única y exclusivamente por los propietarios y su deseo de ver hijos de sus perros. Así las cosas, es importante que tengan en cuenta que tanto para las hembras como para los machos, a medida que pasa el tiempo y los organismos sufren el normal deterioro de sus órganos y, por supuesto, que los sistemas reproductivos no son la excepción, pues próstata y testículos en los machos y ovarios y úteros en las hembras tienen cambios, desde inflamaciones e infecciones graves hasta degeneraciones malignas, lo que quiere decir que en algún momento de la vida se requerirán estos procedimientos quirúrgicos en la mayoría de los casos, pero muchas veces se realizan de urgencia cuando ya la salud del paciente está comprometida y aparecerán secuelas, lo que en definitiva es el principal indicador de que si se realizan de forma oportuna se evitarían muchos problemas en los perros.


Está claro que esterilizarlos antes de la pubertad disminuye de manera notoria el desarrollo de masas o tumores mamarios en las perras y, de igual manera, la complicación de la obesidad disminuye también en un porcentaje importante. Sin embargo es posible que algunas hembras desarrollen signos derivados de la falta de estrógenos, representados en afecciones dermatológicas y problemas en la micción, entre otros, que además de ser de bajo porcentaje ceden regularmente bien a la terapia. En los machos no hay lugar a los tumores testiculares, las afecciones prostáticas son poco frecuentes y la complicación de la obesidad disminuye también. Desde el punto de vista comportamental machos y hembras son más dóciles y menos territorialistas, lo que no siempre sucede cuando son esterilizados ya adultos, particularmente en las hembras, que se vuelven dominantes.Posibles peligros de las esterilizaciones son los inherentes a los de cualquier cirugía con riesgos anestésicos, inflamaciones, infecciones y demás, los cuales se minimizan con exámenes clínicos y funcionales previos al procedimiento, actos quirúrgicos rápidos, limpios, con la menor invasión y manipulación posibles y con todas las medidas necesarias para una cirugía compleja, anestesias monitoreadas con elementos y productos seguros y más cuidados pre, peri y posoperatorios adecuados harán que los pacientes vuelvan a sus actividades normales en tiempos cortos de máximo dos semanas.


Significa, entonces, que la esterilización es un procedimiento seguro que beneficia mucho a los perros en su salud y bienestar, además de disminuir accidentes de muchas índoles como, por ejemplo, peleas entre ellos, agresiones a otros animales o a personas, incluso atropellamientos, pues muchos sufren traumas automovilísticos por falta de docilidad u obediencia al irse detrás de otros congéneres y no atender al llamado de sus amos, lo que no quiere decir que la correa no se tenga que usar en animales esterilizados. No, debe ser siempre de uso permanente en todos los escenarios con los perros, es la forma de evitar muchos problemas y de estar siempre enmarcados en la tenencia responsable de mascotas.


Otro punto importante y de frecuente observación en la consulta diaria son los problemas comportamentales de las mascotas y cómo repercuten en los propietarios y en el entorno o sociedad. Afecciones del comportamiento que impactan fuerte a los perros y por las cuales ‘sufren’ y muchas veces hacen que la historia no tenga un final feliz y terminen abandonados, maltratados y algunas veces hasta sacrificados, y todo parte del desconocimiento en la tenencia y la falta de orientación hacia los propietarios, quienes sin saberlo ‘humanizan’ a las mascotas, desconociendo el grave perjuicio que les ocasionan y sin poder medir los efectos negativos que en el corto plazo se producirán y harán que los conflictos afloren rápidamente.


Los perros son animales de manada que establecen jerarquías lineales bien definidas y las manifiestan con actitudes corporales de dominancia, como montar a sus congéneres, algo que en un ambiente familiar demuestran, por ejemplo, cubriendo objetos y personas, lo que con frecuencia se interpreta como una falta de actividad sexual cuando en realidad es una clara demostración de jerarquización. Al llegar a casa el cachorro es el centro de atracción en la familia y unos y otros se ‘pelean’ por atenderlo y compartir con él todos los momentos posibles; es el primero en comer, en salir, en ser saludado y él, con sus dientes, empieza lentamente a someter a su manada humana, imponiéndose por lo general.


Esta conducta la replicará con los de su misma especie tan pronto tenga oportunidad y, de igual forma, se hará protector de su manada y empezará a aceptar y rechazar a los demás que no hagan parte de su familia. Lo que inicia en casa como juegos bruscos con su dentadura terminará como agresiones hacia extraños con posterioridad existiendo, por supuesto, diferencias importantes entre las razas caninas. Luego el perro crece y ya no es el centro de atención y se desarrolla la ansiedad por separación, y con ella la vocalización permanente e incontrolable, molestando al vecindario, destrozos en la casa o deyecciones en lugares inapropiados cuando ya lo hacía permanentemente en los adecuados, incomodando a los propietarios, resultando en castigos o malos tratos hacia el perro, que muestra su inconformismo ante algo que él no creó y que fue, en cambio, de exclusiva responsabilidad de sus amos.


Con los perros no solo hay que velar por su alimentación, diversión y salud física, la salud mental es determinante para que tengamos una mascota con buena calidad de vida y que la historia termine bien.